ellos
Si fuera una palabra y no un grito áspero si tan sólo el disgusto, esa irónica descomposición del tiempo, hilaría nuestros pasos como un camino, los aullidos arbitrarios en melodías lindas, sería nuestro padecer tan armonioso; pero tan aburrido. Son almas eufóricas de dolor aquellas demasiado sensibles para abrazar la indiferiencia, las que desarman nuestro presente frustado, ensucian la rutina con desencuentros y dolores de garganta. Perdemos la voz al notar que ciertos individuos la usan y gritan y viven.