Hojas

En este momento, nadie sabe donde estoy.

Camino por una calle de otoño, y las hojas yacen amarillas, como delfines de limón, o rojas, como cucharada de sangre en sábanas o mantel blanco bordado con flores.
Me surge la idea, en un instante impreciso, que soy una hoja. Y me despego de mis raíces, y soy como radio que pierde la señal, nazco, y me mueve el viento. Quizás llueve, quizás es de noche. Pero todo calmo, silencio de montaña y nieve, hasta que tocamos el suelo como una paloma se despluma en vidrio de colectivo.
En ese intervalo, desafiando la naturaleza, donde planeamos en lo invisble, como ese breve segundo entre risa y carcajada, que es nuestro. Es así, nuestras vidas, como caer, intentando flotar.
Solo espero que la rama de la que escapé sea alta. Y el viento, compasivo.

Comments

Crispín said…
Y la baldosa, menos baldosa y más tierra.

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