tropiezo contigo

Uno piensa que si apagamos la luz y prendemos a música, le damos el botón rojo a los celulares y prendemos velas, quizás se parezca a esos cortes de las películas, donde la ropa hace un caminito atrevido, sin sentido, donde uno se saca primero la remera y luego el buzo, primero las medias y luego el sombrero. Es así, honestamente, todo carece de propósito. Y es importante notar que no importa, es en esa nube de confusión y vulgaridad que nos encontramos como somos, desnudos, vulnerables, idiotas, y nos aceptamos para olvidar el presente y ir más allá. Ese momento crucial de sonrisas incómodas y cierres que no abren, como cómplices de un crimen. Sugiero entregarse y olvidar, porque a la mañana nos encontramos vestidos, haciendo la cama, recogiendo la ropa, forzando la memoria, lavando las copas, las velas, las manos, la cara, la sonrisa... Nos perdemos en contrastes e intensidades, las horas que nos cambian y desarticulan. Y así, en la soledad del solitario nos perdemos, y en la comunión de dos idiotas, nos volvemos a encontrar.

Comments

said…
claro qu esi.
Disfrutar lo que tenemos... y tratar d ehacerlo lentamente y luego volver a ser dos idiotas.
besos
Crispín said…
Me diste ganas de hacerlo, y en este preciso momento no tengo a nadie a mano.

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