camping

Eran las 5 de la mañana cuando comenzó a armar la carpa. No pudo clavar las estacas pero no importaba porque no había mucho viento. Todo lo demás salió a la perfección, justo como lo había planeado.
Se metió adentro y cerró los dos cierres, el de los mosquitos y el otro, en caso de que algún animal infeliz se atreviera a entrar. Alrededor de las 6 comenzó a oír las bocinas.
Los autos que venían por Suipacha no podían doblar a la izquierda, y los que iban por Libertador se veían forzados a cambiar de carril o meterse en contramano.
No se podía dormir con todo el ruido de llantas, maniobras y insultos y se hundió mas adentro de su bolsa de dormir roja y cerró los dos parpados, en caso de que alguien intente espiar.
El primero fue un Ford Focus.

Comments

Crispín said…
Te animaste al micro-relato. Te salió bueno.
Zoe said…
Querido Caí, excelente relato.
Vuelvo después de una larga ausencia, ya me daban por muerta a todo esto, y me encuentro con el deleite de sus relatos.
No es la primera vez que lo digo, pero: cada día mejor.

Un gusto volver por estos lados.

Le mando mis saludos y besos desde La Clínica.

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