Despertarse
Que difícil despertarse ficción, cuento, cuentito, fantasía. Que difícil despertarse novela, ensayo, ensayado, qué difícil despertarse un juego pelotudo, enreglado; un chiste, un decir, sobredicho, gastado y triste y sucio. ¡Qué difícil levantarse comercial! Propagando propagandas, levantarse repetido repitiendo ilusiones y repartiendo maldones y malhechizos y levantarse malhechor, malparido y malhacido hijo de puta. O peor, levantarse hijo de nadie, de nada y de nadie. Papá: nada. Mamá: nadie. Hijo: vacío. Levantarse lío, bochinche achanchado, chancho sin hambre, quilombo sin bombo que sería quil, no es ni kilo de pan ni que en francés. No puede no ser otra cosa además de nada. Es capaz como levantarse reloj, frenado y sin agujas, o campana grande, sí, sí, muy grande, pero golpeada, sabés, y muda. O metrónomo atascado en 137 pulsos por minuto, tic toc, tac tuc, como bailando y dormirse y levantarse bailado. Usado,