Tarde

Me encontré perdido entre mucha gente tan extraña pero tan normal, mientras caminaba hacia el Obelisco, tan blanco pero tan sucio, tan lleno pero tan vacío.
Y miré el reloj, como siempre, sin importarme la hora, para llevarme por delante una señorita, u otra señorita, rubia o morocha, y me dijo perdón con una sonrisa practicada, seguro de abogada porque se quedó mirando, analizando algo, hasta que me di cuenta de que le estaba agarrando el brazo o el hombro, y siguió caminando sin mirar atrás.
Y busqué entre la multitud de vereda a esas personas que parece que daría gusto abrazar, abrazarlos sin tener que cerrar los ojos, o compartir un mate callado, o dos, o tres… pero no encontré y seguí caminando porque al final era lo mismo, si total ya nadie se abraza.
Y pensé que podía cruzar la calle, o avenida, y por más autos que hubiera no iba a escuchar ese “guarda” o “cuidado” que nos recuerda que no estamos tan solos. Por lo menos si te vas a morir alguien dice algo. (Aunque capaz es por egoístas, por no querer presenciar... no importa)
Miré el reloj una vez más, pero observé la hora con detenimiento, esperando a que vuelva mi agenda despedida con mis horarios o a que alguien me pida permiso.
Tengo que estar a las 9 en Juncal y Sucre y Estoy tarde.
Comments
Quedo a la espera de tu dibujo de la muerte.
Ya está subido.
Abrazo!!