donde me perdí

Monólogo de un idiota XVI

Abro los ojos y miro alrededor confundido la mesita de luz ratona, la lámpara tan moderna y tan apagada, los roperos altos junto a la tele de 39' pulgadas. Más allá, el baño. Se escapa un poco de luz por la puerta, me levanto y salgo. Un par de sillones forrados, más lámparas, piso de alfombra calentito. Fotos. Fotos de alguien que no conozco. Miro el teléfono y marca las 5:36, vuelvo al cuarto a buscar mis zapatos y en eso encuentro un cuerpo inmóvil bajo las sábanas. Salgo descalzo a la calle. Nunca me gustó dormir bajo colchas ajenas. Vuelvo a casa, me entero de que es sábado por suerte, forcejeo la puerta con delicadeza, tiro las llaves por ahí, me siento en alguna pila de ropa sucia e intento prender la tele. Le doy un golpe y saludo a la antena, como siempre suele hacer, y aparece una mancha rubia, un rubio plastificado, otra vieja operada ofreciendo esperanzas tan falsas como su cara, su pelo, sus uñas, su sonrisa, su vida. Apago y me escondo bajo colchas, las mías. Le sigo teniendo miedo al cuco y sus secuaces.

Comments

Crispín said…
Si uno se sabe acurrucar bien, todas las colchas abrigan.
Muy bueno pibe.
que inquietante y siempre terminamos usando las sabanas como escudo...

BSS

Popular posts from this blog

y bueno

Imperfecto

En una plaza venida abajo