Cerrando los ojos

Monólogo de un idiota VI


Otra noche sin sueños, ni siquiera pesadillas, como ésas en la que te caés, o te matás, y te levantás y el silencio te confunde, metido bajo las sábanas.
Y mirás el reloj negro aburrido sobre la mesita de luz, que de luz no tiene nada, y además marca las cuatro o las seis, algún presente olvidado entre tanto blanco y negro.
Pienso en ovejas pero no se animan a saltar mientras se prueban un saco y corbata.

Comments

Zoe said…
Las ovejas hoy por hoy ya se hayan sindicalizadas y pedirles un favor en aquellas noches de desvelo (donde la exaltación abunda), es como sacarlas de todo el aparato burocrático.

Por lo menos, en esas andan las mías.

Saludos desde La Clínica.
Súper Crispín said…
Cada vez monologa mejor, el muy idiota.

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