2 horas tarde
Abrió los ojos. Silencio. Pestañeó. El reloj marcaba las 7 :17 am . No filtraba la luz por la ventana, no se oía ese gruñido constante de la ciudad, ni el viento, ni el partido desde un taxi, ni siquiera los autos, que están siempre, son como sus pies y sus manos, lo acompañan a todos lados. Pero no. Nada. Silencio. Espacios vacíos. Tembló un eco perdido y trepo sus dedos, haciéndole cosquillas, como una catarata que de pronto desaparece, no más agua, no más ruido, ni la espuma, nada, se hunde en su ombligo y lo imagina. Un pie, después el otro, se animó a salir de la cama y caminó hasta la ventana. Mano izquierda levantó las persianas, despacito, sin hacer esos chillidos que ahora extraña... detrás quietita la oscuridad, ancha, omnipotente, la ciudad hundida en una noche eterna, como pintada de tormenta rusa, oscura, como muerto al que le cierran los ojos para dejarlo ir. Nada más. Solo negro. No había estrellas. Un par de luces, un par de caras. Y más negro, y más vacío, sobre
Comments
A veces a uno le toca ser el punto de fuga en el plano.
Que tu dibujo me hizo acordar a una foto que me mostró Sebas en el taller para crear un texto: "Tierra húmeda" (está en el blog)
Muy bueno lo tuyo!! (como siempre)