En una plaza venida abajo
Yo que estoy medio insoportable lo que sucede es que me levanté medio gorrión espinoso en celo con el pecho inflado de amor y otros pecados y no pude evitar escribirte para contarte sobre mis ganas de volar bajito y enredados ensuciarnos en el barro y escondernos en hojas amarillas de invierno que se acaba y nos saluda con las últimas noches de acolchados y estufas en piloto y narices frías y orejas transparentes. Capaz con el verde nos animamos a volar más alto cerca de algún júpiter calentito, capaz cebar mate acostados en un mantel viejo en una plaza venida abajo.